Por Gloria Calvar Landín
Se cumple el primer aniversario de la cruel matanza de los periodistas del semanario satírico francés Charlie Hebdo, donde fueron asesinadas en una masacre cruel 11 personas por un grupo yihadista. En su momento muchísimas personas se solidarizaron con la frase "yo soy......." Otras condenamos sin paliativos el atentado pero, en contra de lo políticamente correcto, dijimos "Yo no soy Charlie Hebdo".
Este semanario, para conmemorar el aniversario de la matanza de sus compañeros, publica una portada en la que aparece el Dios de los cristianos, fácilmente reconocible por el triángulo sobre su cabeza, con fiera expresión, salpicado de sangre, y con un kalashnikov al hombro, y bajo esta insultante imagen una leyenda que dice: "un año después el asesino anda suelto".
Difícil de interpretar semejante portada. Posiblemente los yihadistas se llevaron además de la vida de sus compañeros el sentido de la realidad de los supervivientes. Este insulto tratando de equiparar al dios de los yihadistas y de los cristianos es una evidencia de ello. Una imagen de Dios en su hijo Jesús ha sido representada por un Cristo ensangrentado, pero con su propia sangre, y jamás llevó a sus hombros un kalashnikov. Hoy más que nunca me alegro de haberme expresado hace un año condenando los asesinatos pero diciendo al mismo tiempo "Yo no soy Charlie Hebdo".