Reflexión para construir una sociedad

Julio Muñoz/EFE

Julio Muñoz/EFE

Por David López Royo

Fui director de El Correo de Andalucía y, durante ese periodo, pude experimentar los retos que se presentan a un medio de comunicación. No puedo negar que coordinar y dirigir un medio supuso una meta en mi vida personal: reflexionar sobre los acontecimientos políticos. Dejé de ser director en abril de 2015, y teniendo en cuenta los resultados de las elecciones generales, lo que dejé escrito en El Correo de Andalucía tiene, no lo duden, una gran actualidad.

Expresé con claridad y sin reparo que Susana Díaz debería ser la candidata del PSOE. Invité a que el PP hiciera una gran transformación interna si quería aspirar a mantener una mayoría suficiente para poder ser partido de gobierno. Invité a Podemos a asumir un discurso basado en los principios socialdemócratas. Sugerí que se votara a Ciudadanos, UPyD e Izquierda Unida si se quería castigar al PP y al PSOE por lo mal que habían actuado ante los casos de corrupción.

La realidad salida de las urnas obliga, sin perder un minuto, a que el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos busquen conjuntamente una salida. Es decir, identifiquen un camino para configurar un gobierno cuyos objetivos sean consensuar una Constitución que tenga presente el progreso alcanzado por la Constitución de 1978, cambiar la Ley Electoral, aplicar una política social, sanitaria y educativa coherente y la búsqueda de un plan de empleo eficaz.

No es el momento de hablar de bloques o sectores (izquierdas y derechas). Esto está anticuado y no responde a la realidad que los españoles hemos votado. Hemos votado cambio. Un cambio en la manera de gobernar y en donde cuatro fuerzas políticas tienen una misión que cumplir: hacer posible un gobierno de cambio trabajando conjuntamente.

Se equivocaría el PP si entiende que él es el único legitimado para gobernar. Comete un gran suicidio el Partido Socialista Obrero Español si, como dice su Secretario General, España quiere un gobierno de izquierdas; la suma no da para ello. Ambos partidos están, todavía en la soberbia y en la arrogancia.

Se equivoca Podemos si provocara unas elecciones. Es cierto que de 0 a 69 diputados es un gran triunfo; pero no tiene la fortaleza de ser, todavía, un partido hegemónico y con un mensaje convincente.

Quizá, el más realista, porque ha recibido un baño de humildad muy grande, esté siendo Albert. Desde luego Pablo Iglesias y Albert Rivera tienen mayor responsabilidad que el PP y el PSOE por hacer posible la gobernabilidad de España. Muchos ciudadanos han votado a estas opciones creyendo que ambas pueden ser las únicas que ayudarán a salir del túnel de la corrupción. Ambos partidos hablan de justicia social. Pero ambos partidos no pueden menospreciar a los dos partidos que han hecho posible que este país progresara.

Celebro el espíritu que Pablo Iglesias ha transmitido en la campaña electoral porque eso demuestra que tiene capacidad para evolucionar y construir un proyecto creíble. Me preocupa que no pueda cohesionar las distintas corrientes existentes en el seno del partido; pero tampoco hay que tener miedo a que un día pueda gobernar. Su éxito dependerá de cómo sepa conjugar el verbo construir.

Me quedo con la sencillez, la convicción, el nerviosismo, la esperanza, la vocación de servicio y el compromiso por España de Albert Rivera porque todo esto hace posible que hoy España pueda contar con un líder muy humano y cercano a la realidad, que desea con sinceridad un cambio constructivo, en donde los españoles podamos tener una identidad común y no existan entre nosotros grados y categorías que malogren los logros alcanzados. Ha sido valiente en sus propuestas y, desde luego, se está adelantando al futuro.

Pido al Partido Popular humildad y al Partido Socialista coherencia.

Tenemos que avanzar para hacer que España siga siendo un país noble y solidario. Debemos administrar una forma de hacer política que tenga a la generosidad como común denominador. La coherencia debe de ser nuestra habitual forma de proceder. El Bien Común el objetivo a alcanzar.

Un mensaje para todos. Desde mi punto de vista todo hubiera sido diferente si Susana Díaz hubiera presentado su candidatura a la Secretaría General del PSOE cuando se postuló Pedro Sánchez ¡Ojo! todo, también será diferente, si ella opta a esta posibilidad para renovar el PSOE. Muchos votantes pueden volver. Es trabajadora hasta lo impensable y está convencida hasta los tuétanos de que su convicción socialdemócrata aderezada en los principios de la justicia social cristiana tiene mucho futuro. Ambas realidades han hecho posible el Estado del Bienestar en Europa.