En Gran Canaria, una ganadería del siglo pasado

El coleccionista de instantáneas/Flickr

El coleccionista de instantáneas/Flickr

Por Mario Mas Rodríguez (@mariojmasr), ganadero y emprendedor

Es sorprende que todavía se encuentren en Gran Canaria explotaciones "legalmente establecidas" que tienen vacas amarradas, sobre un charco de purines mal olientes, comiendo desechos de plátano y pan vencido. Si queremos alcanzar la soberanía alimentaria conforme a la FAO el desafio es inmenso, ya que para el caso de la leche cruda solo se alcanza a producir el 5,5% de la que se necesita como materia prima del tan preciado queso.

Lo primero es reconocer nuestras limitaciones:

i) Solo tenemos 9500 hectáreas de tierras cultivables en Gran Canaria.

ii) No tenemos agua, y su elevado costo está asociado a la generación de la energía fósiles, un verdadero contrasentido.

iii) Por las dos razones anteriores no podemos generar forrajes.

iv) No hay una base legal que permita desarrollar la actividad ganadera, y mucho menos producir bajo un modelo de ganadería moderna que incorpore la tecnología necesaria, el manejo eficiente de los residuos que reduzca las emisiones de CO2 y se ofrezca el bienestar animal. El factor mas determinante es el cambio de la normativa que regula el suelo rústico Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria – PIO-. Entonces lo primero es clarificar, generar seguridad jurídica. Falta luego definir el tipo de ganadería que se ajuste a nuestra insularidad. No es posible una ganadería asociada al cultivo de forrajes que nos hagan auto sostenibles, insuficiente tierra y agua. Solo nos queda una apuesta: la ganadería estabulada, intensiva que cumpla con los siguientes principios:

i) Permitir a cada animal descansar en cubículos confortables con cama, bajo el cobijo de una una nave con techo aislante (no un simple"cobertizo").

ii) Debe garantizarse la libre movilidad animal (no mas cadenas) y al menos 10 m2 por animal (permitiendo techar todo el área de descanso sin limitaciones).

iii) Manejo adecuado de purines, impidiendo a los purines drenar al suelo contaminando los escasos afluentes de agua y a la tierra. El actual modelo está basado en las ganaderías de nuestros tatarabuelos, dejando los purines al aire libre lanzando a la atmósfera metano y CO2 (la producción de leche el manejo de los residuos generan el 40% de los gases de efecto invernadero). La solución, es incorporar el uso de Biodigestores anaerobios que conviertan la descomposición de los purines en biogás generando electricidad para el auto consumo y para vender a la red. Pero la mayor inconsistencia del PIO es la limitación al establecimiento de la actividad agropecuaria en desniveles de terreno que superen el 20%.

Al ver estas limitaciones insuperables, uno se pregunta: y ... ¿dónde estaba el que redactó esta norma? ¿En el valle del Ebro? Asumiendo como solución la ganadería intensiva, el PIO establece que la superficie mínima para desarrollar una ganadería de 100 animales por ejemplo es de 10.000m2. Bueno aquí tampoco nadie miró la fragmentación de la propiedad de la tierra en Canarias. Amen de que si encuentra alguna que le vendan, debe estar a mas de 500 mts (o mas) de algún centro poblado (y en algunos casos hay dudas que se entiende por poblado). Mientras más estudiamos el tema, mas sentido hace desarrollar Centros Ganaderos, que cuenten con clima adecuado para cada especie ganadera, manejo integral de purines con Biodigestores y la mayor tecnología posible. ¿Será el plan especial para la ganadería (PT09) la solución? Como está en el borrador no lo creo, pero el concepto es el correcto. En fin, lo que tenemos hoy en día es lo que la normativa permite: una "favela ganadera", que maltrata a los animales, contamina los suelos, libera gases de efecto invernadero, genera moscas y malos olores. ¿Será que Morales toma la vaca por los cuernos? Ojalá.