Imagina

Por Pedro V. Echebarría

Estrenaba mi adolescencia, allá por 1963, cuando escuché y vi por primera vez en TV a los Beatles. Su Twist and Shout fue un flechazo que conmocionó mis adentros. Desde entonces su música me ha acompañado y con ella han bailado en mi pecho muchas gratas emociones. Me declaro pues deudor de su obra y tienen por ello mi gratitud.

Entre mis numerosos defectos no figura el de la mitomanía. Me refiero a esa inclinación a elevar a los altares a todo aquél que, por haber destacado en alguna habilidad, recibe credibilidad y solvencia apriorísticas para sentar cátedra sobre todo lo divino y lo humano. Esa tendencia a atribuir, a quien ha obtenido fama y fortuna, que debe orinar colonia y emitir florales ventosidades .

Es clásica la vinculación del dinero con la inteligencia, y es cierto que la fortuna de muchos es el resultado de su inteligente esfuerzo. Pero también lo es que redomados cantamañanas la han conseguido como se adquieren los resfriados, es decir, por su exposición a una corriente en el lugar adecuado .

Volviendo a los Beatles. Se ha dicho hasta la saciedad que John Lennon era un intelectual, un activista por la paz. Se le atribuye poseer una perspicacia notable, profundidad de análisis, incisiva sagacidad, fina ironía, …

Quienes tal afirman, ejemplifican en la letra de la canción Imagine la condensación de tales atributos. Esta canción ha sido un himno cantado en mística comunión por multitudes en cuyo pecho ardía el anhelo de un mundo mejor y en paz. No se puede plasmar en menos palabras el astuto diagnóstico de nuestros males y el sendero luminoso de su superación. Compruébalo.

IMAGINA

Imagina que no hay paraíso, es fácil si lo intentas.
Sin infierno bajo nosotros, solo cielo encima.
Imagina a todos viviendo el momento .

Imagina que no hay países, no es difícil de conseguir.
Nada por lo que matar o morir, tampoco religiones.
Imagina a todos viviendo la vida en paz .

Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único.
Espero que algún día te nos unas, y el mundo será sólo uno.

Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes .
Sin necesidad de codicia ni de hambre, una hermandad del hombre.
Imagina a todos compartiendo el mundo...

En su sesuda opinión, Lennon calificó a esta su obra de “antireligiosa, antinacionalista, anticonvencional y anticapitalista. Virtualmente el manifiesto comunista “. Ahí es nada.

Seamos serios. Este descerebrado monumento a la ingenuidad más ignorante inspira casi ternura, una vez disipada la lástima inicial (no olvidemos que John ya superaba treinta añitos cuando reunió estas candorosas perlas, una edad de la que se puede esperar algo más que voluntarismo adolescente). El buenismo populista que destila este manifiesto, su simple simplicidad, ubica a nuestro héroe entre Los mundos de Yupi y la factoría Disney. Parece obvio que su proceso de maduración vital se vio truncado por su conocida y prolongada afición al LSD y otras chucherías.

Si aún albergas dudas sobre la compatibilidad entre el talento musical y el parir memeces progres, comprueba la letra de ese otro reputado himno titulado “Give peace a change”, donde verdaderamente consigue superase a sí mismo. Un atrevido alegato por la paz que bascula entre el vacío y la nada.

John Lennon, al margen de su magnífica música, fue un “progre” profesional. Es decir, de aquellos cuyo inexistente bagaje intelectual es sustituido por un ramillete de buenísimas intenciones. Un práctico atajo desde la mediocridad intelectual a la excelencia y superioridad moral. Para qué seguir el farragoso camino de desentrañar con esfuerzo las leyes del mezquino mundo, cuando es tan fácil sustituirlo por un catecismo “ad hoc” adornado con postureo de salón.

El amigo Lennon, ni siquiera por prudente pudor, necesitó contrastar su citado catecismo con su trayectoria vital. Cuando a Lennon le hicieron notar que esa noble aspiración a eliminar las posesiones podría resultar chocante al considerar su fabulosa fortuna, vino a decir que “de eso nada”, que a ver si iba a tener que vivir en la calle .

Sorprende asímismo su duda sobre si seremos capaces de imaginar dicho mundo sin posesiones . Yo diría que muchos millones de seres en el mundo no necesitan recurrir a la imaginación para conseguirlo, porque ésa es justamente su realidad . Por el contrario, lo que posiblemente les costaría imaginar a estos desposeídos es la vida que él sí se pudo pegar gracias a sus "deleznables propiedades" .

No voy a recrearme en las agotadoras extravagancias que el progre Lennon se vio obligado a cometer para mantener su leyenda. Algunas incluso fueron heroicas, como mantenerse con su churri sin salir de la cama en un buen hotelazo toda una semana, inmolación destinada a sensibilizarnos sobre la necesidad de la paz mundial .

¡Gracias, John músico!  ¡No jodas, John intelectual!