Los medios ante el 20D

Jon S/Flickr

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Por César Sampedro Sánchez

Mariano Rajoy ha presentado sus credenciales para el 20N, con unas listas donde la renovación no tiene cabida, donde se resitúan los altos cargo del actual Gobierno, repartidos por las provincias que definen las circunscripciones electorales. El todavía inquilino de la Moncloa, en lugar de mostrarse orgulloso, salir a la palestra, defender a los suyos y mostrar prietas las filas, parece querer esconderse, permanecer bajo la calma chica de una campaña que se pretende de bajo nivel y mantener el equilibrio necesario que le llevará a mantener el suelo electoral mínimo que les pueda llevar a la reelección.

Por eso por ejemplo, no será necesario que Rajoy acuda al debate a cuatro que se plantea para los candidatos a la presidencia del Gobierno y envíe en su lugar a la vicepresidenta para todo, a partir de ahora “vicecandidata” para todo. De forma acertada vino a señalar en este diario el número dos de los socialistas, César Luena, que “la candidatura del PP es una B de Bárcenas”. Nada se nos ha aclarado sobre el citado asunto. Ni sobre la supuesta contabilidad B, ni sobre el despido del extesorero, fuese el finiquito en diferido o en directo.

Ni por último nada se afirma ni se desmiente sobre los nuevos apuntes de la esposa de a quien Rajoy pedía hace dos años, después de conocidas las astronómicas cifras del dinero del extesorero situado en paraísos fiscales: “Luis, sé fuerte”.

Los papeles de Rosalía son un avance más en los indicios de los pagos en b, dícese en negro, que demuestran la existencia de un pago continuado de sobresueldos a la cúpula actual del PP que ahora copa las listas para el 20D, por eso resulta tan acertado el símil de Luena.

La revelación de estos nuevos indicios por parte de El ESPAÑOL nada parece haber cambiado, ni en la vida política (a excepción de la nueva solicitud de comparecencias en una cámara hoy disuelta), ni en lo que es más llamativo y relevante en la actualidad diaria de los medios de comunicación. ¿Qué ha pasado?

Nos remontaremos para intentar responder a esta cuestión a la portada del New York Times del 5 de noviembre que señalaba la debilidad de los medios de comunicación españoles: “Los medios de información españoles, bajo la opresión del gobierno y la deuda”. Se concatenó este reportaje con el despido a los pocos días de uno de los colaboradores decanos de El País, Miguel Ángel Aguilar, quien a preguntas del rotativo americano sobre su idea de la libertad de prensa afirmaba que “los periódicos en España están en manos de sus acreedores y del gobierno”. El despido vino a confirmar la declaración.

En defensa de la libertad salió la Asociación de Editores de Diarios Españoles, pensando que el reportaje les había caricaturizado. Si conectamos de nuevo las nuevas revelaciones de El ESPAÑOL sobre el caso Bárcenas y la escasa repercusión que está teniendo en el resto de diarios escritos, a diferencia de cuando emergió el citado caso hace dos años, responderemos a la pregunta, ataremos de manera acertada conclusiones y la libertad de prensa quedará retratada en su lugar.

Nota: a Miguel Ángel Aguilar, pluma afilada, irónica e inteligente. Maestro.