En torno a "la política" de Aristóteles

Por Sigfrido Samet

Parte II

En la pg.174 dice Aristóteles: "Conviene también que los senadores se nombren o se sorteen de todas las partes del pueblo por igual". También Xenofon cuenta que en la democracia griega muchos cargos se designaban por sorteo.

Tal vez alguien diga: "¡Pero eso no es democrático!". ¿Es acaso más "democrático" elegir candidatos de una lista confeccionada por un Secretario General en función del servilismo de cada uno? Hay al menos la posibilidad de que entre los sorteados haya algunos inteligentes y honrados. Como el mandato duraba sólo un año, no pertenecían a ningún partido y nadie podía saber quién le sucedería, por lo que la posibilidad de corrupción era prácticamente nula.

En la pg.54 hace una buena defensa de la propiedad privada: "lo que es común a muchos se tiene menos cuidado que de lo propio". Basta recordar cómo se suelen incendiar papeleras y acuchillar los asientos de los transportes públicos. Alejandro Chafuen ("Economía y Ética") menciona un refrán medieval: "Asno de muchos lobos le comen".

Leemos en pg.182/3 que "el gobierno popular consta de gente que, porque en algo son iguales, pretenden que lo han de ser en todo; porque como todos son de la misma manera libres, piensan que todos absolutamente son iguales". La única igualdad lícita -y muy difícil de lograr en la práctica- es la igualdad ante la ley. Pero la igualdad económica -que propugnan los partidarios del "reparto" de los bienes-, sería injusta y peligrosa. Injusta, porque quienes viven rutinariamente, no pueden pretender ingresos iguales a los de quien se esfuerza, se arriesga, crea, y ayuda a la sociedad. Bill Gates es el hombre más rico del mundo; pero ha dado mucho más a la Humanidad de lo que ha recibido. (La informática hizo bajar todos los precios y permite realizar cosas antes inimaginables).

La democracia puede convertirse en tiranía (pg.194): "casi todos los tiranos procedieron de los lisonjeadores del pueblo". Esto sucedió en varios países europeos. Actualmente, en el pasaje hacia la tiranía, los populistas arruinan la economía de sus países. Tanto les interesan los pobres, que crean grandes cantidades de ellos. Por eso dice en pg.206 que "en semejantes democracias cada uno vive a su voluntad y a su albedrío, como dice Eurípides; pero esto es cosa mala, porque no hemos de considerar como servidumbre el vivir conforme a regla y disciplina de República, sino por bien y conservación". En otras palabras, lo que dijo en pg.155: "que la ley mande".