Cataluña y la mayoría menguante

Por Juan Bibiano Fernández Martínez

Las mayorías, por el hecho numérico de serlas, no necesariamente están legitimadas para legitimar. Me refiero a las que tienen vocación de ruptura de consensos previos. Existen mayorías vehiculadas por la emoción que con el reposo y la razón se diluyen; existen las que inhiben derechos, por tanto ilegítimas de iure; algunas se articulan de forma sistémica en oposición a un “otro amputado”, aquí la voracidad de sus relatos suelen distorsionar hasta el extremo de velar parte consustancial del imaginario compartido; otras pervierten la semántica del relato común y estrangulan al propio grupo sin ofrecer más instrumento que la sumisión al cometido… algunas son mixtas. En todo caso, estas mayorías informan del bagaje y del pulso de un tiempo determinado en un espacio determinado. Lejos de atenazarlas transversalmente, sería conveniente escuchar las voces intersticiales que no incorporan bilis para amplificar el sentido común.

En paralelo, un aspecto interesante que se abre en Cataluña es la clarificación de las líneas discursivas aparentemente menores, pero seguramente crecientes. Despojadas del rubor que antecede a nombrar el deseo, todo es más diáfano, menos metafórico y, por tanto, con voluntad de revelar desde la palabra desnuda. En este escenario la monodia discursiva queda superada.