Impuesto al inquilino

Chema Moya/EFE

Chema Moya/EFE

Por Francisco Melero Rodríguez

Cristina Cifuentes se presentó a Presidente de la Comunidad de Madrid prometiendo bajadas de impuestos. Además, la oímos decir en campaña (e imagino que estará también en su programa) que potenciaría el alquiler de viviendas vacías.

Hasta aquí todo bien. Las campañas electorales son el lugar idóneo para hablar de bajadas de impuestos. Luego, desoyendo el mandato popular al que deberían ser sometidos todos los políticos en cualquier democracia representativa que se precie de serlo, ya habrá ocasión de subirlos. Total, son cuatro años hasta la próxima campaña en la que volveremos a prometer bajarlos...

El problema viene cuando hoy recibo una propuesta de liquidación de la Comunidad de Madrid. Al parecer, en el Reglamento del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados de 1993, se establece un impuesto al alquiler que debemos pagar todos los inquilinos. Sí, sí: los inquilinos. Debo decir que llevo desde el año 2002 alquilando distintas viviendas. Debo decir que nunca había pagado ese impuesto. Debo decir que nunca me lo habían reclamado.

Alarmado ante esa propuesta de liquidación (que viene a ser un “o pagas o te embargo”) hablo con un asesor fiscal. Y me asegura que es la primera vez que lo ve. Que sí, que efectivamente el impuesto existe. Que sí, que efectivamente todos los que alquilamos nos vemos en la obligación de pagarlo. Que sí, que si buscas en la web de Hacienda de la Comunidad de Madrid está. Que voy a pagar, vamos.

El problema viene cuando, investigando un poco, compruebo que las Comunidades Autónomas (las encargadas de recaudar este impuesto) no hacen mucho caso al mismo. No se ha venido exigiendo nunca. Pero estar está.

De modo que la Señora Cifuentes decide empezar a cobrarlo. Y luego veremos si, además, no decide también iniciar un expediente sancionador a todos los inquilinos que, como yo, no hemos pagado el impuesto en los plazos legales correspondientes. La gracia, de momento, asciende a más de 180 €.

Es justo decir que la Presidenta ha cumplido con su palabra: no ha subido el impuesto. Se dedica únicamente a hacer algo que nunca nadie había hecho: exigir su pago. ¿Con ello se potencia el alquiler? Permítanme que lo dude. Con ello únicamente se consigue un aumento de la recaudación que servirá para tapar agujeros como el de la Ciudad de la Justicia. O para llenar las arcas que vaciaron sus compañeros de la Gürtel.

Así que ya saben: si han alquilado una vivienda (el impuesto no grava los alquileres de oficinas, despachos o usos distintos del de vivienda) y no han pagado el impuesto (que seguro que no lo han hecho), preparen la cartera que viene el Gobierno autonómico con la escopeta cargada de munición. Claro, que si el propietario no declara ese alquiler, no se preocupen, que no les van a pillar. Aquí solo pagan los que tienen los papeles en regla.