Semos unos payasos

Otávio Nogueira/Flickr

Otávio Nogueira/Flickr

Por Mateo Casanueva Galdos

La semana pasada me encontré con un amigo. Hacía tiempo que no nos veíamos y la conversación fue la habitual. ¿Qué tal tu vida? ¿Cómo te trata la vida? ¿Qué tal la familia?

Dentro de la conversación me soltó la siguiente frase: “SEMOS UNOS PAYASOS”

No entendí muy bien la afirmación y al preguntarle me dio la siguiente explicación.

Este país, al que llamamos España, es un gran circo y como todos los grandes circos tiene una multitud de pistas. En cada una existe una organización con todas las profesiones propias del circo.

Jefe de Pista

Como máximo responsable, con mano férrea, toma todas las decisiones sobre todos y cada uno de los miembros de la organización. Con su dedo nombra y elimina cargos, con sus orejas oye pero no escucha y con su boca dice pero no contesta. Establece estrategias para la organización, se autoconvence de que las decisiones se toman entre todos los miembros a pesar de que las toma él. No es ni dictador ni democrático, simplemente es ÉL.

Domador

Designado por el Jefe de Pista (como todos). Es su persona de máxima confianza. Con látigo, en forma de billetes, premia o castiga a los miembros del grupo, de acuerdo con su comportamiento en la pista. Los premiados prosperan en todas las actividades y remuneraciones. Los castigados sufren el ostracismo, esperando el perdón para poder volver a disfrutar de las viandas que distribuye el domador.

Los malabaristas

Hacen y deshacen. Firman pero no leen. Cogen y desaparece lo cogido. Nunca nadie descubre el truco. Como mucho, y si se diera el caso, el conejo sale de la oreja de un espectador. El conejo siempre aparece en una bolsa de basura, escondido entre billetes de 500 euros.

Trapecistas

Auténticos profesionales en saltos estratégicos. Van de trapecio en trapecio dentro de su pista, pero tienen una habilidad espantosa para saltar a trapecios de otras pistas cuando la ocasión lo requiere. Estos saltos siempre vienen justificados por expectativas más rentables tratando de consolidarse en otras pistas. Todos realizan un buen espectáculo, unos sacando beneficios personales y otros cayendo del trapecio.

Repartidor de Propaganda

Dedican su actividad a repartir propaganda para animar la participación en el circo. Algunos, según el dedo del jefe, logran alcanzar algún puesto de los anteriormente mencionados. Normalmente, aunque está cayendo en desuso, su primer trabajo consistía en pegar carteles a las 12 de la noche, dentro de un gran despliegue de medios informativos.

Todo el personal que ocupa los puestos aquí mencionados, trabajan sobre red (Ley de seguridad en el trabajo), por ello pase lo que pase la red les protege.

Todos se quejan de la cantidad de trabajo que tienen, la cantidad de horas que dedican, las horas que pierden de estar con sus familias, de lo mal retribuidos que están, la falta de reconocimiento del público. Pese a todas estas quejas, ninguno abandona el circo y eso que su participación en él es voluntaria, nadie les obliga. Pero curiosamente, si el dedo del jefe decide prescindir de ellos, las puñaladas entre el destituido y los aspirantes son de degüello. A pesar de estos inconvenientes todos están de acuerdo, independientemente de la pista a la que pertenezcan, en los siguientes puntos.

-En subirse el sueldo. Independientemente de la congelación de sueldos que establecen para los espectadores.

-En yo sigo. Pase lo que pase yo continúo y lucho de formada despiadada para mantenerme.

-Entre bomberos no pisarse la manguera. Que todo se investigue pero que no se llegue a ninguna conclusión efectiva.

-Que periódicamente no se efectúe una amnistía fiscal. Así periódicamente todos se benefician.

Después de la exposición tan pesada, le pregunto: ¿Y que tiene que ver esto con los payasos? A lo que me respondió: un circo es impensable que viva sin los payasos. Por eso SEMOS UNOS PAYASOS.

El próximo 20 de diciembre, domingo, posiblemente hará un día maravilloso para disfrutar en la naturaleza, pero los que SEMOS UNOS PAYASOS participaremos en la elección del Jefe de pista y por ello de todos los demás cargos. Es decir los que SEMOS UNOS PAYASOS mantenemos el circo y le damos continuidad en el tiempo.

Yo no encontraba razonamiento alguno con que rebatir sus argumentos pero para no quedarme sin decir nada le expuse: no tengo nada que objetar a tus argumentos pero al menos corrige tu exposición, no se dice SEMOS UNOS PAYASOS, se dice SOMOS UNOS PAYASOS.

El simplemente me contesto: ¡Ah! ¿También tu?

Reflexione sobré lo dicho y conteste: Yo no voy a ejercer de payaso el día 20. 

Me miró fijamente y sacando una nariz de payaso de su bolsillo me dijo: Te creo, pero por si acaso, toma esta nariz y si el día 20 decides ejercer al menos lo harás con el traje apropiado.