Por Víctor Llano
Cuando estudiaba periodismo en la Complutense un profesor me reconoció que él se inventaba las encuestas electorales. A todos nos caía muy bien aquel señor. De los pocos profesores que sabía de periodismo y de política. Era de la UCD. Muchos años después, antes de la rarísima historia con Libertas, coincidimos en un mitin de Ciudadanos en Madrid. Su candidato por la capital fue entonces mi amigo Fernando Landecho. Hablamos de política. No supe más de él, pero creo que mi profesor no confiaría mucho en las encuestas que día tras día publican los periódicos.
No hace falta ser muy inteligente ni estar muy bien informado para saber que a fecha de hoy Ciudadanos sube y todos los otros bajan. El resto depende de cómo cocinen los datos. Y no conozco a ningún cocinero que se olvide de quien le llena la despensa. ¿A quién puede sorprender que los sondeos de intención de votos respondan a las voces de sus amos?
Respecto a las tertulias podemos decir lo mismo. ¿Recuerdan a algún colaborador que les sorprenda? No les reprocho que se ganen la vida, pero al menos, algún que otro día, podrían esforzarse en decir algo distinto a lo que esperamos que digan.
Sin duda uno de los mejores inventos de los últimos años es el mando a distancia que nos sirve para cambiar de cadena de televisión. Será por la cuota de mercado, por las presiones de las cúpulas de los partidos políticos o porque la mayoría son muy aburridos, pero, interesándome mucho la política desde muy niño, no soy capaz de interesarme por más de cinco minutos por lo que decenas de contertulios cuentan en televisión. Sabrán de todo, al menos hablan de todo, lo que no impide que prefiera ver, no ya una buena serie, sino el peor de los partidos de fútbol.
Ya lo siento -como muchos de ustedes- sé lo que van a decir la inmensa mayoría de los periodistas y políticos que debaten sobre todo y más mañana, tarde y noche. Lo sé casi tan bien como mi viejo profesor sabía entonces que la última encuesta que mediando él publicarían los periódicos favorecería a la UCD. Ojalá viva. Un buen tipo. Sincero.