Cataluña, una situación grotesca que pasará factura a Rajoy

Por Virgilio Sánchez López

De poder formar gobierno en Cataluña el revoltijo ganador que conforman los nacionalistas de la derecha capitalista -católica y comisionista del 3 al X% (corruptos confesos en boca del capo Pujol)- con republicanos de izquierdas -anti católicos y comunistas de un extremismo rancio anti capitalista y con fobia a todo cuanto salga de templos con campanarios- sería con el apoyo de los que están en el extremo de esa extrema izquierda, con los anti sistema contrarios a la Unión Europea, al euro y amigos entrañables de Bildu. O sea...

De tal mezcolanza ¿qué puede salir? El caos, no sólo para Cataluña, también para el resto de España.

Aunque pueda parecer una paradoja, bajo mi punto de vista, el mejor resultado que se podía haber dado en las elecciones catalanas habría sido la mayoría absoluta en escaños para ese revoltijo independentista. Porque, de acuerdo con lo predicado en su campaña, tendrían que haber salido al balcón a proclamar la independencia de su República Catalana. Un golpe de estado en toda regla. Y a Rajoy, como presidente del Gobierno de España, no le habría quedado más remedio que bajarse del pedestal, en el que permanece impávido e inane como don Tancredo, y aplicar el artículo 155 de nuestra Constitución aunque ello le hubiese costado una úlcera de estómago.

Antes o después se tendrá que suspender la autonomía a Cataluña o suprimir varias de las competencias traspasadas, comenzando por la de Educación, si queremos los españoles progresar y seguir conviviendo de forma pacífica dentro de una democracia. No se puede seguir permitiendo que se adoctrine a niños españoles en el odio a España, a lo español y a los demás españoles. No se puede seguir permitiendo que en regiones españolas se persiga y, prácticamente, se prohiba el aprendizaje y uso del español -idioma materno y oficial- en centros educativos y organismos oficiales.

No creo que en ningún país del mundo se dé una aberración educativa y social como la que está ocurriendo en Cataluña (también en otras regiones de España) ni que haya gobierno de ningún Estado soberano que lo permitiera. Pero, España es diferente, en España tenemos un gobierno con mayoría absoluta presidido por Rajoy que ha permitido todos estos dislates, que ha faltado a la obligación constitucional de hacer cumplir la Ley, que en su gestión política merece un suspenso de cero. Y por si faltara algo al esperpento político que estamos viviendo, tenemos a un PSOE que en lugar de instar a que se haga cumplir la Ley no pierde ocasión para justificar, en cierta forma, el incumplimiento de sentencias por los dirigentes independentistas, reivindicar el reconocimiento de una Cataluña singular y privilegiada respecto al resto de España y bendecir la inmersión lingüística implantada por los nacionalistas catalanes ¿Se puede concebir mayor despropósito político?

En España, la realidad ha superado la fantasía y aún quedan por venir otras situaciones grotescas. El 20D está a la vuelta de la esquina y de las urnas puede salir cualquier cosa. Si no hay mayoría absoluta -que no la habrá- ni posibilidad de pacto PP-Ciudadanos o PSOE-Ciudadanos -pienso que tampoco se dará esta posibilidad- la única solución razonable para España y los españoles sería una coalición PP-PSOE. Pero esto, con los dirigentes políticos que encabezan las listas de estos partidos, es casi como soñar. Salvo, claro está, que en política también se den los milagros.

Tiempo al tiempo.