Desde el estupor

Por Luis Landajuela Lloret

Estoy a punto de cumplir los sesenta. Hace dos me introdujeron un hilo por la muñeca y colocaron un muelle en mi coronaria descendente medial. Respiro gracias a la moderna hemodinámica.

Ese latido parcheado y tres nombres propios son mis únicas certezas. Todo lo demás es asombro.

Manuel Vicent nos dice que "entre todos los placeres tal vez uno muy grande sea ese de llegar a la suprema sabiduría de no entender ya nada de lo que pasa"

"Leer para entender", "analizar la realidad", "reflexionar para tener una visión propia". Son hermosas palabras dirigidas a los leones. Sin embargo, todo es tan confuso...

La "Refundación del capitalismo" ha devenido en contratos por horas.

Los que hicieron saltar el casino, quebrando la vida de millones, ahora nos advierten de los peligros del "populismo".

Los que desprecian la transición, admiran a los que encarcelan a los opositores.

Los que tienen largos años de experiencia en el saqueo de las arcas públicas nos previenen de los políticos inexpertos.

Los defensores de las libertades presentan programas patrocinados por ejecutores de homosexuales.

Los que gritaban por las calles "ETA mátalos" ahora son el baluarte de la paz.

En fin...

¿Contribuirá EL ESPAÑOL ha disipar las nieblas del estupor?

De momento, el producto tiene una gran factura e invita a su visita. No está nada mal para empezar.

Además, al timón encontramos al español más avezado en la fundación de periódicos. Creo que todos deseamos que sea el último y que tenga una larga vida.