La exclusiva exclusividad del SAS

Por Alejandro Pérez-Montaut Marti

Como médico recién licenciado y a punto de entrar a formar parte del mundo laboral sanitario, quiero dar mi opinión sobre un tema que me desconcierta y me disgusta: la exclusividad de los trabajadores del Sistema Andaluz de Salud (SAS).

La exclusividad consiste en el hecho de que un médico que trabaje en un hospital público reciba un plus de sueldo por dedicación exclusiva a la sanidad pública. La idea en sí no está mal concebida, pero voy a matizar ciertos aspectos.

Para empezar, en Andalucía se está contratando a los médicos al 75% de la jornada laboral, lo que les hace ya perder una parte importante de su poder adquisitivo. Por no hablar de los contratos en fraude de ley, gracias a los cuales el SAS se permite renovar contratos mes a mes cuando realmente hacen falta durante más tiempo. Pero claro, sale más económico hacer firmar todos los meses a un profesional un nuevo contrato, sin que esa persona sepa, hasta dos días antes de finalizar el mismo, si firmará un nuevo contrato para el mes siguiente.

En definitiva, un médico recién salido de su periodo formativo de especialidad, cobrará aproximadamente 2.000-2.300 euros netos mensuales (contando con que haga alguna que otra guardia), sueldo donde va incluida la exclusividad, que aproximadamente ronda los 400-500 euros.

Ante la incertidumbre, el joven médico busca oportunidades laborales que le proporcionen estabilidad, para poder formar una familia, comprar una casa, y esas cosas que se suelen hacer cuando quieres nada menos que construir una vida. Esas oportunidades las busca en la sanidad privada, bajo contratos de guardias y tardes, haciendo de sus ratos libres una utopía. En ese momento, el SAS le quita la exclusividad, y ese médico, trabajando las mismas horas y haciendo las mismas guardias, pasa a cobrar de pronto unos 1.800 euros.

Después de exponer el caso típico, he aquí mi reflexión: si queremos que nuestros profesionales sanitarios se dediquen exclusivamente a la sanidad pública para alcanzar su excelencia, deberíamos promover unas condiciones laborales que den pie a ello. Si no garantizamos la estabilidad de nuestros facultativos, difícilmente conseguiremos que las nuevas generaciones sigan conservando y cuidando el tesoro de la sanidad pública. Si no dotamos a los hospitales y centros de asistencia sanitaria de suficientes medios (personales y técnicos), cada vez tendremos una sanidad más deteriorada.

Desgraciadamente, pienso que los médicos somos los primeros responsables de nuestra situación actual, ya que aún no hemos dicho "basta".

Espero que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz lea esto, reflexione, y tome medidas al respecto, puesto que en Andalucía, donde su gobierno presume de ser socialista, es realmente donde menos socialismo hay.