Los impuestos

Por Jorge Fdez de Bobadilla

Sinceramente hasta hace poco ni me lo habría planteado, y creo que la mayoría de los contribuyentes tampoco piensan ni se plantean el porqué del pago de sus impuestos. ¿Por qué pagamos impuestos? ¿Para qué se utilizan? ¿El político de turno los gestiona bien o no?

Ante la avalancha de casos de corrupción de los partidos políticos que han regido el curso de España en los últimos 40 años, cada vez más gente es consciente del despilfarro, pero no da un paso más allá para preguntarse porqué tiene que pagar casi la mitad en impuestos de los beneficios de su trabajo. Y eso en el mejor de los casos.

Siempre estará la respuesta fácil de la solidaridad, del Estado del bienestar y del “¡qué suerte tienes que tienes trabajo!”

Viendo que España lleva con unos índices de paro muy elevados durante toda la democracia, muy lejos del pleno empleo, no se puede llegar a otra conclusión diferente a la de la necesidad de cambiar este modelo inmovilista que solo beneficia al que está dentro del sistema, ya sea el indefinido o el sindicalista que no mueve un dedo para que el número de parados disminuya. Pero ese es otro tema que podemos tratar otro día.

Volvamos al “espíritu crítico”. Las diferentes Administraciones recaudan los numerosos impuestos que sufrimos durante todo el año. El Ministerio de Hacienda es el que mejor y de manera más eficiente nos controla; para mejorar la maquinaria recaudatoria no se ha escatimado en gastos, en vez de modernizar la Justicia, pilar básico de una democracia.

Con nuestro trabajo diario ganamos un sueldo bruto al mes, pongamos que 1.200 €, de ahí nos retienen el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social, nos queda neto 1.000 €. Pues de la cuenta de la empresa han salido casi 1.700 €, para que al final nosotros recibamos sólo 1.000 €, es decir, el Estado se lleva más de un 40% por no hacer nada. Hay muchas cosas que pagar y muchos sueldos de políticos y amigos que seguro se dejan la piel en sus puestos de trabajo. Estos a su vez también pagarán impuestos. ¡Claro!¡Los partidos políticos por cada uno de nuestros votos también se llevan parte del pastel! Y los sindicatos para defender a los suyos si tienen algún problema ejerciendo de piquetes informativos en alguna huelga general para ellos justificada.

Sinceramente creo que los políticos por un lado, los sindicatos por otro, todos los que viven del trabajo de los demás a base de la recaudación de impuestos, viven creyéndose su papel de necesarios, y aquí nadie es imprescindible y menos si no sirve para el cometido que se suponía que tenía que desarrollar.

Los políticos deben cuidar a los ciudadanos, ajustando los impuestos a los servicios y pensando en las generaciones futuras, los empresarios en ganar dinero y devolver a la sociedad ese beneficio que tienen, cuidando a sus empleados, no esclavizándolos, y los sindicatos defender a los trabajadores y no usarlos para sus prebendas.

Por lo tanto, un trabajador tiene que trabajar ocho horas al día, 220 días al año para tener de sueldo 1.700 € mensuales del que sólo puede disfrutar de 1.000 €, ya que se pagan (entre empresa y trabajador) 700 € de impuestos.

¿No creen ustedes que cada trabajador gestionaría mejor que unos políticos corruptos esos 700 €?

Siempre dirá alguien, ¿algún impuesto habrá que pagar no? Habrá que pagar la sanidad pública, las carreteras y su mantenimiento… Efectivamente, habrá servicios que habrá que pagar, pero siempre se ponen de ejemplo los mismos casos, los básicos, ¿por qué hay que subvencionar embajadas de comunidades autónomas? ¿por qué hay que pagar sobrecostes de obras injustificadas?¿por qué si un gestor, el político de turno, se ha equivocado en la concesión o el coste de una obra que beneficia a todos, no dimite?

Juegan con el dinero del esfuerzo de cada uno, alimentando sus egos, forrándose y llenando las cuentas corrientes de sus amigos.

Los impuestos son una potestad que damos al Estado para recaudar lo suficiente para su mantenimiento. Nosotros lo financiamos, si crece, más impuestos, si alguien defrauda más impuestos, si un político yerra, más impuestos para tapar el agujero.

Ya que pagamos los impuestos y salen de nuestro trabajo, deberíamos preguntarnos el porqué de los impuestos, para qué sirven y si se gastan apropiadamente: por qué hay un impuesto de matriculación y si este es justificado en su cuantía o no. El funcionario o el político que fija un impuesto y una cantidad debe justificarlo y no porque haga falta dinero recaudarlo a costa de los contribuyentes. ¿Por qué un impuesto de la renta y también en el consumo? ¿Eso no es doble imposición? ¿Y si sólo se recaudase con una especie de IVA en lo que se compra?