Beta sin vetos

Por Gonzalo Niederleytner

Nace El ESPAÑOL, el nuevo diario de Pedro J. Ramírez. Y lo hace el día 7 en una versión beta que testaremos los accionistas y suscriptores.

Una versión beta, sí, que durará una semana, hasta el día 14, en el que se abrirá el diario al gran público. Durante una semana, el equipo de El ESPAÑOL se dedicará a recabar información de los navegantes y subsanar posibles puntos mejorables del nuevo diario.

Al margen de las cuestiones técnicas, la noticia es que nace un nuevo diario, y entra un soplo de aire fresco en el periodismo de nuestro país. Un soplo muy necesario, después del ambiente enrarecido que se respira en la profesión dentro de nuestras fronteras.

No es sólo una cuestión catalana. Ya sabemos que hasta el mismo Jordi Pujol se encargaba de redactar sus propias entrevistas. Es una cuestión de compra de voluntades.

En España, el periodismo está comprado. Nadie se atreve a tocar a sus respectivos intocables. Los de la derecha a los de derechas. Los de la izquierda a los de izquierdas. Los económicos a sus pagadores y los deportivos a sus clubes de referencia.

Hay vetos, sí. Está muy claro. Determinados comentarios están prohibidos en algunos medios, ya sea por cuestiones de sus propietarios, accionistas, anunciantes o apoyantes.

Con el nacimiento de El ESPAÑOL, queremos un medio de comunicación sin vetos, aunque sea en versión beta. Donde se pueda hablar del Rey y sus corinas, del presidente del Gobierno y sus bárcenas o del presidente de un gran banco y sus corralas.

No queremos ponernos de un lado ni de otro, sino conocer la verdad. Ésa, y no otra, es la misión del periodismo. Y eso es lo que esperamos de El ESPAÑOL.