Guillermo Díaz

Guillermo Díaz

Guillermo Díaz

Por Alejandro Pérez-Montaut

Málaga está de enhorabuena. De cara a los nuevos comicios, Ciudadanos ha decidido fichar como número dos por Málaga al Congreso al que será, sin ninguna duda, un excelente representante de todos los malagueños. Una mente cultivada poco a poco y con esmero gracias a la experiencia vital, el trabajo y el esfuerzo constante. Una mente capaz de ver la esencia de las personas, extrayendo e interiorizando al milímetro lo que merece la pena. Una persona cabal, pero ante todo, un amigo.

Recuerdo a la perfección la primera vez que coincidí con Guillermo Díaz. Fue en un cálido febrero inmerso en una Málaga primaveral que invitaba a disfrutar del sol y del mar. En ese apetecible mediodía apareció una persona de la que me habían hablado de manera muy positiva, posicionada detrás de los focos de la política pero que trabajaba duro pese a que su voz no se escuchara en los medios.

Al presentarme, noté cómo mi nombre no le importaba tanto como el exhaustivo análisis visual y acústico que hacía de mi persona. Aquello me incomodó, pues soy reservado y a priori no me gusta toparme con una psique tan observadora. Pero conforme transcurría el día, Guillermo se apoderaba de mi atención y fascinación, pues a mi corta edad nunca había podido gozar en directo de un discurso tan brillante y certero como el suyo.

Fue entonces cuando comprendí que Díaz -Guillermo, no Susana- era una de las personas que mejor podían representarme en las instituciones. Decidí profundizar mi relación con él para cerciorarme de que Guillermo era el prototipo de político que necesitaba nuestro país y que, por desgracia, no abunda en las instituciones. Y no sólo no me equivocaba, sino que cada día veía más necesaria su implicación directa en la primera línea de la política. Su plática y su pensamiento se encontraban impregnados de pragmatismo y sensatez, cualidades que en los tiempos que corren han de permanecer más vigentes que nunca en nuestra clase política.

Muchos hablan de que Ciudadanos no ha respetado las primarias que se celebraron el pasado año, y esto no es así. El número dos de Ciudadanos Málaga renunció, una vez disueltas las Cortes, a repetir en las listas de cara a las elecciones del próximo 26-J. En este caso, el partido designa a las personas que ellos creen que puede desempeñar mejor el cargo. La meritocracia queda entonces en buen lugar en el seno de la formación en Málaga, pues para mi gusto, nadie merece más ir en las listas que Guillermo Díaz, pues su trabajo y su currículum en el partido así lo acreditan.

Además de ser un gran orador, su cercanía con la afiliación siempre ha sido uno de sus puntos fuertes, asistiendo a todas las reuniones y dando la cara de la manera pertinente en la medida en la que su cargo de Secretario de Acción Política lo exigía.

Dentro de mi pensamiento egoísta, solo me queda brindar todo mi apoyo a un excelente amigo que, si todo va bien y las urnas así lo deciden, se convertirá en un gran político y desempeñará su función de la manera más honesta posible, siendo siempre leal a su país y a sus principios. Y digo egoísta porque pocas cosas colmarían más mi satisfacción personal que ver cómo la política española adquiere un ápice más de categoría con la llegada de Guillermo Díaz.

Espero ver pronto cómo tu discurso impregna los oídos de los españoles que, como yo, hastiados de la burda palabrería de siempre buscan ansiosos poder depositar su confianza en una opción política de calidad.

No te deseo suerte, pues sumando valentía, coraje y buena praxis, la suerte queda en un segundo plano. Sólo el que se rinde está derrotado.