España

Por Ángel Alonso Pachón,

Sr. Director,

Decía Sir Winston Churchill, primer ministro de Inglaterra, “la falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes”.

La situación generada tras las elecciones del 20D no deja de ser normal si no fuera por la aparición de las políticas camaleónicas a las que podemos definir como las de las tres caras: la que ponen cuando asaltan los espacios públicos, la que ponen en las campañas electorales y la que, sacando pecho, ponen al final, “o conmigo o el caos”.

Aparecen personajes que dicen ser políticos, muy diferente de ser hombres de Estado, que lo que más valoran es la importancia del cargo y la visión humillante del contrario y que condicionan su “actitud dialogante” al “apartheid político”.

Posturas personalistas o antisistema son el brebaje perfecto para destrozar lo que millones de españoles han intentado construir durante casi cuarenta años.

Señor Sánchez permítame recordarle que sólo los hombres de Estado pueden presumir ante las generaciones futuras de aquel lema de Churchill “Fiel pero desdichado”. Señores consejeros a la sombra del poder, en España no debe haber “apestados políticos” a los que apartar de su camino.

Señores triunfalistas de políticas antisistema, desmemoriados de los muertos por la libertad, politiqueros de universidades pagadas por todos, no olviden que España es una nación compuesta por personas que luchan día a día por subsistir, por sentirse orgullosos de sí mismos y que no creen en milagros económicos y sociales que generan enfrentamientos y que, además son engañosos.

¡España! ¡Nuestra querida España! ¡Nación de Naciones! ¡Castiga la corrupción, la prepotencia, los populismos, las mentiras y las amenazas insolidarias!