¿Quién salvará al PSOE?

J. J. Guillen/EFE

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Por Víctor Llano

No es plagio, es tradición. Salvo la UCD y el CDS ningún otro partido perdió jamás unas elecciones en España. Basta recordar lo que ocurrió este domingo. Todos dicen que ganaron, entre ellos el PSOE que no encuentra suelo en su sima. Con el grito de ¡Presidente! ¡Presidente! fue recibido su todavía líder por los militantes que le esperaban en la sede de Ferraz. Es más, cuando le preguntaron a su número dos sobre a quién veía como presidente, sin sonrojarse respondió, “a Pedro Sánchez”.

Menos de dos días después todo fue nada. Sánchez no tiene ninguna posibilidad de presidir el gobierno de una nación que, como su partido, todavía no parece dispuesta a beber del veneno que le ofrece Pablo Iglesias. Incluso en el supuesto de que quisiera compartir lo que sería su última copa con Podemos, no se lo permitirían. La puerta que no quiso cerrar el domingo se la cerraron los que no quieren pasar a la historia como los sepultureros de un partido que todavía conserva algo de sentido común. Ahora, después de atender a lo urgente, pasaran las navidades pensando en cómo resolver todos los problemas que les pueden dejar como teloneros de Podemos.

Si el PSOE permitiera gobernar al PP, malo, se lo dejaría casi todo a los de Iglesias. Si fuerza nuevas elecciones, probablemente, peor; correría el riesgo de quedar en el resto de España como ya está en Madrid. Todo juega en su contra. Y el PP lo sabe. No van a cambiar de candidato para que los socialistas puedan justificar su abstención con o sin Sánchez.

De no surgir un nuevo escándalo de las dimensiones de su último SMS a Bárcenas o una descomunal presión europea, lo más probable es que Rajoy aguante. No teme unos votos que le beneficiarían casi tanto como a Podemos, perjudicando hasta los huesos a los socialistas y a los de Ciudadanos.

Lo mejor es que gobernaran –¿dónde están?- los liberales moderados que saben que no se puede dejar a otros en la cuneta, pero también necesitamos de un partido socialista que defienda la unidad de España y en el que se pueda confiar más allá de la habitual demagogia propia de las campañas electorales.

Por favor, absténganse de responder las cloacas del Estado. ¿Quién, cómo y cuándo salvará al PSOE? Los españoles hemos cometido muchos errores –el más grave de los últimos años, no preguntar por el 11-M y conformarnos con una versión oficial en la que no creemos- pero no merecemos que nos gobiernen quienes presumen de admirar a liberticidas de la peor especie. Sin el PSOE, antes o después, los sufriríamos.